Ex Guerrilla Fighter que gobernó un país como “el presidente más pobre del mundo”

Ex Guerrilla Fighter que gobernó un país como “el presidente más pobre del mundo”




Nueva Delhi:

José Mujica, el ex guerrillero que se convirtió en presidente de Uruguay, murió a los 89 años. Conocido como “el presidente más humilde del mundo”, Mujica vivía en una modesta casa de campo, condujo un Volkswagen golpeado y regaló la mayor parte de su salario, incluso mientras ocupaba el cargo más alto del país. Su viaje de vida, desde la prisión hasta la presidencia, lo convirtió en uno de los líderes más singulares y admirados de América Latina.

¿Quién era José Mujica?

Nacido el 20 de mayo de 1935, en Montevideo, Mujica creció en un hogar modesto. Su padre, un pequeño agricultor, murió cuando Mujica era joven. Dejó la escuela temprano y se involucró en la política izquierdista cuando era adolescente. En la década de 1960, se unió a Tupamaros, un grupo guerrillero urbano que luchó contra el régimen de respaldo militar de Uruguay. El grupo llevó a cabo acciones armadas, incluidos secuestros y robos.

Mujica fue capturado en 1972. Pasó más de 14 años en prisión, donde fue torturado y mantenido en condiciones duras. Pasó gran parte de ese tiempo solo en celdas pequeñas, a menudo bajo tierra, con muy poco contacto con el mundo exterior.

Más tarde, Mujica dijo que la prisión afectó profundamente su mente. Habló sobre pasar por momentos de locura, tener delirios e incluso hablar con hormigas para mantenerse compañía.

Fue liberado en 1985 cuando la democracia regresó a Uruguay.

Se unió al Frente Broad, una coalición de partidos de izquierda. Mujica fue elegido para el Parlamento y luego se desempeñó como Ministro de Agricultura. Se convirtió en una figura clave en la política uruguaya por su simple discurso y conexión con las comunidades rurales.

En 2009, se postuló para presidente y ganó con un fuerte apoyo. Bajo su liderazgo de 2010 a 2015, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la producción y venta de marihuana. Su gobierno también aprobó leyes que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto en condiciones reguladas.

Mientras presidente, Mujica se negó a vivir en el palacio presidencial. Permaneció en su granja fuera de Montevideo y donó la mayor parte de su salario (90 por ciento) a la caridad. A menudo iba en bicicleta para trabajar, condujo un Volkswagen Beetle y vivía con su esposa, Lucia Topolansky, una ex guerrilla y senadora. Compartieron su hogar con su perro de tres patasManuela.

Él también según se informa Una vez rechazó una oferta de $ 1 millón para su escarabajo, diciendo que si la vendiera, los ingresos serían donados para apoyar a las personas sin hogar.

Mujica dijo que eligió una vida simple fuera de principio, no del sacrificio.

Su estilo de vida atrajo la atención de los medios internacionales. Se hizo conocido como “el presidente más pobre del mundo”. Rechazó esa etiqueta.

“Me llamo ‘el presidente más pobre’, pero no me siento pobre. Las personas pobres son aquellas que solo trabajan para tratar de mantener un estilo de vida costoso y siempre quieren más. Dijo en 2012.

Esto le valió el apodo “el presidente más humilde del mundo”.

Mujica apoyó la legalización de la marihuana para que le otorguen las ganancias de los narcotraficantes y reduzcan los delitos violentos. Una de sus preocupaciones era el surgimiento de la “base de pasta”, un derivado de cocaína de bajo costo que devastaba a las comunidades pobres. En los vecindarios marginales de Montevideo, los mercados de drogas operaban por la noche, y los jóvenes usuarios lucharon con la adicción. Mujica esperaba que el cannabis legal, combinado con la inversión social, reduzca el daño y alivie la carga de la aplicación de la ley.

Aunque una vez revolucionario, Mujica adaptó sus puntos de vista. Dijo que el capitalismo era necesario para financiar los servicios públicos. Argumentó que la transformación requería trabajar dentro de los sistemas existentes.

Los críticos dijeron que abandonó los ideales radicales, pero Mujica respondió que la ideología no debería evitar resolver problemas reales.

La economía de Uruguay se expandió durante su presidencia, ayudado por las exportaciones a China. La pobreza disminuyó y el salario mínimo aumentó. Sin embargo, algunos esfuerzos de reforma, como un impuesto sobre la tierra, fueron bloqueados por los tribunales.

Después de dejar el cargo, Mujica continuó hablando sobre temas globales como el cambio climático y la desigualdad. Advirtió sobre el consumo excesivo y la necesidad de un pensamiento a largo plazo. No regresó a la oficina, pero siguió siendo una figura pública.



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